Zabalganen zeukan kontsulta Don Alvaro
medikuak, eta han Galdakaoko hainbat familia artatu zituen. Gerra sasoian ere osagile
ibili zen, Ibaizabal eta Gordexola batailoietan. Artxandan egon zen, tropa
frankistak Bilbon sartu zirenean. Larrinagako kartzelara eraman zuten preso,
eta ostean herriko mediku izaten segitu zuen.
Álvaro
Zabala Oleaga, o Don Álvaro, el médico, que es como se le conocía en el
Galdakao de la primera mitad del siglo XX fue uno de los galenos que se ocupó
de la salud de las familias del pueblo, en su consulta de Zabalgane.
Apenas un
año más tarde, a la temprana edad de 24 años, fue nombrado Médico Titular del
pueblo, pero pronto el alzamiento fascista y la guerra consiguiente se
cruzarían en su camino.
En octubre
de 1936 fue movilizado y le nombraron Teniente Médico del Batallón Ibaizabal,
en cuyo cuartel de Milicias Vascas de Galdakao comenzó a compaginar la salud de
sus gudaris y la atención debida a la población de Galdakao, fuera cual fuera
su ideología. El siguiente destino, junto a su unidad militar, fue el frente de
guerra, en la zona de Kanpazar.
Álvaro Zabala Oleaga, médico de Galdakao |
En diciembre de 1936 le trasladaron al Batallón nacionalista Gordexola, que llegaría a estar formado por cerca de 700 gudaris. En él trabajó como médico, contando en su equipo sanitario con dos practicantes y 19 personas más, entre enfermeros y camilleros.
Su primer
baño de sangre ocurrió durante la Batalla de Villareal, donde estaban
defendiendo la pequeña localidad de Nafarrate. Sometidos a un duro ataque por
las tropas fascistas, entre el 15 y el 31 de diciembre tuvieron que atender a
111 heridos y enfermos, sufriendo además muchas muertes.
Siguiendo el
curso de la guerra, en febrero le ascendieron a Capitán Médico, y siguió los
movimientos de su Batallón por distintos frentes, como los de Lekeitio,
Mañaria, Gernika, Abadiño, Bizkargi, Mungia y Artxanda. En éste último, justo
la víspera de la caída de Bilbao.
Dos de esas
posiciones fueron especialmente dramáticas: la de mayo, en Bizkargi, y junio siguiente,
en Artxanda. En el primer lugar, el equipo sanitario del Batallón, al mando de
Don Álvaro, tuvo que atender 119 heridos y enfermos, además de padecer
numerosas bajas mortales.
A su vez, en
Artxanda, tan cerca de su pueblo natal y en la última línea de defensa de la
capital, su trabajo sería extenuante, viendo cómo de los 623 gudaris que le
acompañaban en abril, tan solo 79 llegaban a final de junio.
Retrocedieron
hacía Cantabria y cayó prisionero el 3 de julio de 1937, siendo la cárcel de
Larrinaga su prisión.
El 10 de
agosto de 1937 se le sometió a Consejo de Guerra y, sorprendentemente, su
condena a 6 años y un día de inhabilitación absoluta “por auxilio a la
rebelión” no fue tan grave como podía esperarse de su condición de Oficial del
Ejército. Analizando los motivos, parece que su trato humano a vecinos presos
del pueblo, a pesar de que eran de ideología contraria, sirvió para que algunos
de ellos intercedieran en su favor.
Médico por encima de todo, Don Álvaro volvió a cuidar durante años la salud de sus vecinos de Galdakao. Falleció trabajando, de forma repentina, y precoz, con tan solo 53 años, el 16 de julio de 1964.
Texto: Kepa
Lizarraga Sainz– Nagore Ferreira Zamalloa Galdakao
Gogora
Imagen: Foto archivo familiar
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