martes, 18 de septiembre de 2018

Venganza y humillación

1939ako maiatzaren 19a “Garaipenaren egun” izendatu zuen Franco diktadoreak. Madrilen desfile itzela egin zuten, eta etxe guztiak banderaz atontzera derrigortu zuten, baita Galdakaon ere. Eta egin ezean, zer? Ba, isunak eta zigorrak. Mendekua eta umiliazioa.

El día 19 de mayo de 1939 tuvo lugar en Madrid un enorme desfile militar, para mayor gloria del dictador Franco, en el que tomaron parte unidades de casi todas las tropas que habían ganado la guerra: el ejercito sublevado, Milicias falangistas, Requetés, la Legión Cóndor, el Corpo di Truppe Volontario italiano, Viriatos portugueses, la Legión, mercenarios marroquíes y otros grupos.

La celebración de ese “Día de la Victoria” fue impuesta en todo el Estado, obligando a decorar las fachadas y balcones con banderas rojigualdas y pancartas con lemas como “Franco, Franco, Franco”, “Arriba España” o “Viva el Caudillo”, entre otros.

El cumplimiento de estas órdenes, nuestro pueblo, Galdakao, fue supervisado por diversas autoridades. La Jefatura Local de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. se encargó de aplicar sanciones económicas a quienes no las cumplieran.

¡Imaginemos los sentimientos de quienes habían sufrido la pérdida de familiares, amigos y bienes por culpa del golpe de Estado fascista y ahora se veían obligados a poner en sus casas la bandera que representaba a quienes tanto dolor les habían causado!




Gracias a la documentación del Ayuntamiento de Galdakao, conservada en el Archivo Histórico Foral de Bizkaia, hemos conseguido datos de al menos cuatro vecinos que fueron multados “por no haber colocado la Enseña Nacional el día (sic) de la Victoria, en su domicilio”.

Francisco Berganza Izarzugaza recibió el 12 de julio de 1939 la notificación de que su Alcalde, Martín Ibarreche, le imponía, por ese motivo, una multa de 10 pesetas a pagar en 8 días.

Con la misma fecha, y fruto también de un Decreto del Alcalde, Emilio Urruela Valderrama tuvo que firmar que había recibido la noticia de que se le imponía una sanción, en este caso, de 25 pesetas. En los documentos no se cita el motivo por el que la de Emilio era sustancialmente mayor que la de Francisco.

Tenemos que recordar que, en aquella época, esa cantidad era aproximadamente el sueldo de tres días de trabajo de un obrero.

Las mismas notificaciones de castigo debieron recibir las familias de Eugenio Aurrecoechea Arteche y Félix Bilbao Castro, pero en la carpeta del Negociado de Multas de la Sección de Gobernación que localizamos con todos estos documentos nos aguardaba una agradable sorpresa.

Estos dos vecinos del pueblo habían recurrido la multa, presentando sendos certificados de que en esa fecha se encontraban fuera del municipio.

El Jefe Local de la Falange Española hizo sus averiguaciones y, culpando al guardia municipal de no haber hecho su trabajo, el 19 de julio de 1939 envió un escrito a la Alcaldía solicitando se anularan esas dos últimas sanciones.

Ocasiones como la descrita obligación de poner banderas rojigualdas eran aprovechadas por los vencedores para humillar a quienes habían defendido la legalidad vigente.
Otro caso más de abuso de autoridad encontramos entre esos documentos del Archivo Foral.



El día 12 de julio de 1939, con motivo de una discusión por la fecha de entrega de un certificado para el trabajo entre Pedro Eguizabal Iraragorri y el Jefe falangista de Galdakao, éste último le acusó de actuar “en plan chulesco” y de no “saludar como exigen las ordenanzas de la nueva España”.

Ello fue motivo suficiente para que llamara de inmediato al “guardia municipal Sr. Irigoyen” y se procediera a la detención de Pedro, “para que estos desaprensivos no queden sin su merecido correctivo”, según comunicaba al Alcalde.

Tal fue, durante años, el poder discrecional logrado por algunas de las organizaciones que apoyaron el golpe militar.

Texto: Kepa Lizarraga Sainz – Galdakao Gogora